Todo está sospechado, y por aparecer a la luz, tarde o temprano...¿aparecerá finalmente la verdad?
La familia de Sergio Acuña, el policía asesinado el 13 de abril en un local de Pago Fácil de Zapala, y familiares del sargento Víctor Fabián Pérez, sindicado como el autor del crimen del oficial y quien se habría suicidado días después, dieron una conferencia de prensa ayer por la mañana en el Centro de Empleados de Comercio para denunciar públicamente que la prueba esencial con la que se inició la investigación no existe y que habría sido plantada.
Se trata de una llamada que habría realizado Cinthia Cides, la mujer procesada, para distraer a la Policía. Con esta novedad, la causa podría dar un giro rotundo que obligará al fiscal, Marcelo Jofré, investigar otras hipótesis que hasta el momento no fueron tenidas en cuenta.
La información fue confirmada ayer por el perito Enrique Prueger, quien solicitó un listado de las llamadas que se realizaron del teléfono celular de Cides el día que mataron a Acuña, entre las 12 y las 16.
La investigación se había iniciado por las presuntas llamadas que habría realizado Cides para distraer a la Policía y facilitar así la situación para que Pérez cometa el robo. Como la llamada no existió, la teoría que apunta a Pérez como el autor del robo y del crimen de Acuña pierda fuerza, como también la participación de Cides y Néstor Painemilla en el hecho.
“Recibimos el informe de la empresa AMX Argentina S.A. (Claro) desde donde nos confirmaron que tal llamada no existió. Esto nos indica que fue inventada y que quien lo ideó sabía que Acuña iba a morir y que ya tenían a los culpables”, aseguró ayer Prueger en conferencia de prensa.
En un primer momento se creyó que la llamada no iba a poder ser confirmada ya que el teléfono funciona prepago y, al parecer, las llamadas efectuadas desde este tipo de celulares no quedan registradas.
Mediante un sistema conocido como “Recol” se pudo determinar que desde el celular de Cides, el 13 de abril desde las 12 hasta las 16 no se registraron llamadas salientes.
La prueba afirma los dichos de la familia de Acuña, que siempre aseguró que detrás del homicidio del policía había otras personas involucradas, que no eran Cinthia Cides y Néstor Painemilla. Los dos sospechosos fueron detenidos luego de que Víctor Pérez, sindicado como el autor del crimen, se suicidó unos diez días después del homicidio del policía. Fue en la Dirección de Seguridad de Zapala donde, minutos antes, mantuvo una charla con uno de sus jefes.
Se trata de una llamada que habría realizado Cinthia Cides, la mujer procesada, para distraer a la Policía. Con esta novedad, la causa podría dar un giro rotundo que obligará al fiscal, Marcelo Jofré, investigar otras hipótesis que hasta el momento no fueron tenidas en cuenta.
La información fue confirmada ayer por el perito Enrique Prueger, quien solicitó un listado de las llamadas que se realizaron del teléfono celular de Cides el día que mataron a Acuña, entre las 12 y las 16.
La investigación se había iniciado por las presuntas llamadas que habría realizado Cides para distraer a la Policía y facilitar así la situación para que Pérez cometa el robo. Como la llamada no existió, la teoría que apunta a Pérez como el autor del robo y del crimen de Acuña pierda fuerza, como también la participación de Cides y Néstor Painemilla en el hecho.
“Recibimos el informe de la empresa AMX Argentina S.A. (Claro) desde donde nos confirmaron que tal llamada no existió. Esto nos indica que fue inventada y que quien lo ideó sabía que Acuña iba a morir y que ya tenían a los culpables”, aseguró ayer Prueger en conferencia de prensa.
En un primer momento se creyó que la llamada no iba a poder ser confirmada ya que el teléfono funciona prepago y, al parecer, las llamadas efectuadas desde este tipo de celulares no quedan registradas.
Mediante un sistema conocido como “Recol” se pudo determinar que desde el celular de Cides, el 13 de abril desde las 12 hasta las 16 no se registraron llamadas salientes.
La prueba afirma los dichos de la familia de Acuña, que siempre aseguró que detrás del homicidio del policía había otras personas involucradas, que no eran Cinthia Cides y Néstor Painemilla. Los dos sospechosos fueron detenidos luego de que Víctor Pérez, sindicado como el autor del crimen, se suicidó unos diez días después del homicidio del policía. Fue en la Dirección de Seguridad de Zapala donde, minutos antes, mantuvo una charla con uno de sus jefes.
(*) Crónica diario "La Mañana del Neuquén"
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