Ahora los estúpidos de turno dirán "viste que te dije que Diego era así". No importa las estupideces también son argentinas.
Ahora los poderosos de los infortunios se mirarán de reojo y le harán un guiño a las miserias humanas. No importa fuimos argentinamente dignos de tener al "mejor jugador de todos los tiempos, y al mejor jugador de este momento".
Me gustaría que ahora todos nos desnudemos en el obelisco y tomados de la mano desnudemos nuestra hipocrecía.
Amamos a Maradona porque es lo más parecido a la definición de "ser nacional argentino". Y odiamos a Maradona porque nos devuelve la imagen de lo que soñamos ser, y casi siempre merecemos no ser.
Perdimos un mundial, y será por eso que ganamos en orgullo.
Ahora las fieras agazapadas esperarán por el mundial de los poderosos. A nosotros no nos importa un carajo.
Perdimos una ilusión en el medio de un campo sudafricano que supo perder vidas, pero recupero a Mandela desde el abismo.
Tenemos que ser millones en este día "amando a Maradona", y con seguridad nos sentiremos más alegres de poder ser.
Con seguridad los que "critiquen a Maradona hasta el odio", serán argentinos también. Lástima que como diría Diego: "siempre la tuvieron adentro"
Dady Rubio
periodista- argentino y maradoniano.
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